La expresión facial
La expresión facial es, junto con la mirada, el medio más importante para expresar emociones y estados de ánimo, ya que en el rostro se ven reflejadas las actitudes, las reacciones antes los demás y las emociones que una persona siente en un determinado momento. No obstante, las expresiones faciales pueden también utilizarse para reforzar el impacto de los mensajes verbales.
A través de las expresiones faciales también podemos regular la comunicación y reforzar al receptor. Por lo tanto, a través de ellas somos capaces de transmitir una gran cantidad de información, ya sea para sustituir o complementar a las palabras al hablar, seamos conscientes de ello o no.
Por otra parte, como el rostro es generalmente nuestro centro de atención, éste puede jugar un papel fundamental en el proceso de establecimiento de relaciones con los demás. En función de lo que vemos en la cara de las personas podemos hacer juicios sobre su personalidad y otros rasgos (como el carácter, inteligencia, temperamento, hábitos personales, entre otros), ya sean reales o no.
Expresiones faciales universales
Existen una amplia gama de expresiones faciales, sin embargo, hay un número limitado de emociones que la mayoría de nosotros podemos reconocer con cierta facilidad. En 1972, el psicólogo estadounidense Paul Ekman definió 6 expresiones universales a partir de investigaciones transculturales en miembros de una tribu aislada de la Edad de Piedra en Papúa Nueva Guinea. Observó que ellos eran capaces de identificar con alto grado de fiabilidad las expresiones emocionales al observar las fotografías de personas de otras culturas con las que ellos no estaban familiarizados. Años más tarde, amplió la lista a 17 aunque hizo hincapié en que no todas estas emociones pueden ser identificadas utilizando expresiones faciales. Estos fueron las 6 primeras:
Alegría
La alegría es una agradable sensación de satisfacción y bienestar. La expresión facial es la sonrisa y se manifiesta mediante la contracción del músculo que va del pómulo al labio superior y del orbicular que rodea al ojo. Las mejillas se elevan.
Tristeza
Se define como un sentimiento de infelicidad, suele estar caracterizada por párpados superiores caídos y perdida de enfoque ocular. El entrecejo arrugado y los labios estirados de forma horizontal.
Ira
Suele estar caracterizada por una mirada fija, cejas juntas y hacia abajo y tendencia a apretar los dientes.
Sorpresa
Suele estar caracterizada por cejas altas (que puede causar arrugas en la frente), ojos abiertos completamente, mandíbula caída.
Asco
Se define como desagrado intenso causado por algo ofensivo o repulsivo, suele estar caracterizada por una ligera contracción del músculo que frunce la nariz y estrecha los ojos. El gesto de la nariz arrugada es simultáneo al de la elevación del labio superior.
Miedo
Es una sensación de aprehensión provocada por la percepción de peligro, amenaza o imposición de dolor. Suele estar caracterizado por párpados superiores elevados al máximo e inferiores tensos. Las cejas levantadas se acercan. Los labios se alargan hacia atrás.
Entre las emociones que Ekman incluyó en la década de 1990, se encuentran las siguientes:
- alivio
- bochorno
- complacencia o contento
- culpa
- diversión
- desprecio o desdén
- entusiasmo o excitación
- orgullo o soberbia
- placer sensorial
- satisfacción
- vergüenza
La EXPRESIÓN facial y la oratoria
En la oratoria la expresión facial es fundamental, ya que nuestro rostro es la parte del cuerpo que mejor refleja nuestras emociones y sentimientos. Los movimientos de los ojos y la boca, así como la inclinación de la cabeza contribuyen a ello. Sin necesidad de emitir una sola palabra podemos expresar si algo nos disgusta o desagrada, nos provoca gracia, etc. Si acompañamos estas expresiones faciales con las palabras, el mensaje tiene un mayor impacto visual y emocional en el auditorio.
Nuestra expresión facial puede ayudar a acentuar, sustituir o incluso contradecir nuestro mensaje. Por lo tanto, durante una presentación, es necesario tener un absoluto autocontrol de nuestro rostro ya que las emociones faciales pueden desviar nuestras palabras completamente. Una sonrisa cálida manifiesta una actitud amigable y hace más receptivo mensaje, pero un semblante inexpresivo puede suscitar dudas en quienes nos escuchan respecto a nuestra sinceridad.